Treesistance nació tras la fusión de la Fundación Sinchi y Forest Forces.
Forest Forces desarrolló estrategias de prevención de la delincuencia y su modelo nació durante un proyecto científico de criminología verde en Brasil (2010-2016), financiado por el programa holandés NWO-WOTRO Science for Global Development. Se puso en marcha en colaboración con universidades y ONG brasileñas para identificar y reducir los daños sociales y medioambientales, incluida la delincuencia. La estrategia de desarrollo se centró en el acceso a la justicia y la mejora del Estado de Derecho.
En 2014, las primeras comunidades tradicionales que viven cerca de puntos críticos de deforestación fueron equipadas con cámaras GPS impermeables, cargadores solares y baterías externas. Esto les permitió tomar fotografías de actividades forestales ilegales. En 2016, un equipo de vigilancia de doce miembros del Territorio recopiló evidencia GPS de actividades ilegales dentro de su territorio, lo que llevó a la eliminación de todas las industrias extractivas ilegales. Este modelo se puede replicar en otras áreas, especialmente en áreas indígenas y otras áreas protegidas con fronteras GPS.