25.323 hectáreas
Munduruku
Territorio Indígena oficialmente reconocido
Guardianes de la selva en operación desde 2023
El Territorio Indígena Munduruku Takuara, en el municipio de Belterra, PA, ha estado demandando al Estado Brasileño desde 1998 para finalizar el proceso administrativo de demarcación del Territorio junto a FUNAI, en respuesta a los pagos atrasados no procesados por la organización competente. Con los retrasos en la realización del proceso administrativo, el Territorio es diariamente violado por medio de invasiones madereras, apropiación de tierras y la expansión de grandes plantaciones de soja dentro del área de protección ambiental.
El Territorio Indígena (TI) Munduruku-Takuara está ubicado en la margen derecha del río Tapajós, en el municipio de Belterra, Pará, y tiene acceso por la BR-163 (Santarém-Cuiabá), en dirección a Santarém – Itaituba.
A una distancia máxima de 130 km desde la ciudad de Santarém y pasando por Belterra, se llega al Territorio Indígena. El área del Territorio Indígena Munduruku-Takuara es de 25.323 hectáreas, y la comunidad indígena se encuentra en la Floresta Nacional del Tapajós.
Dentro del territorio, más de 62 familias indígenas residen directamente en la aldea y más de 20 familias viven en comunidades adyacentes. En total, son aproximadamente 250 personas que se dedican a la protección de la selva.
Navegando por la selva inundada del TI Takuara en abril de 2022.
Para un observador inexperto, toda la selva Amazónica puede parecer igual, pero hay una diferencia fundamental entre una selva virgen como esta y una selva que ha sido explotada. En la primera fase de la explotación maderera, se talan los árboles que tienen las maderas tropicales más valiosas – según la cotización de los mercados internacionales.
La segunda fase consiste en la explotación de la madera remanente. La tercera y última fase es la eliminación total de la vegetación, generalmente para fines relacionados con la agricultura industrial o la ganadería extensiva. Aunque es posible que con el tiempo la selva pueda recuperar el espacio que fue destruido, la biodiversidad original se extingue para siempre y el carbono almacenado es liberado.
Desde que las incursiones de los madereros en su territorio se volvieron más agresivas hace algunos años, un grupo de hombres y mujeres elegidos por las aldeas, en colaboración con Treesistance, se organizaron como Guardianes de la Selva para vigilar el territorio. Ellos recorren regularmente el perímetro para monitorear, confrontar e impedir actividades ilegales.
Estos guardianes que crecieron aquí, conocen la selva palmo a palmo y dedican sus vidas a su defensa.
Desde 2023, los guardianes están en operación, realizando patrullas frecuentes, construyendo un puesto avanzado y actuando activamente para impedir invasiones ilegales.
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